domingo, 20 de abril de 2014


IGLESIAS Y PARROQUIAS vs TV Y REDES SOCIALES

Los gobernantes son unos personajes muy curiosos. Personas honradas y llenas de un inmenso amor al prójimo se introducen en la esfera pública para mejorar la sociedad. Para ellos la política es el vehículo al que se suben para alcanzar su meta, gobernar nuestros destinos.

Todo ello estaría bien sino fuese porque una vez instalados en el poder se apodera de ellos un maligno deseo: el enriquecimiento. Aquello que pensaban administrar con su buen hacer en bien de la comunidad, incomprensiblemente pasa a ser objeto de su deseo y más que administrar lo que harán será repartir, no entre los necesitados sino entre los suyos, las élites del partido.

Su estrategia pasa por idiotizar a las personas. Son capaces de manipular, mentir, ocultar, falsear, idealizarse y hasta deificarse. Y claro un ídolo deificado precisa de una gran masa de fieles que le siga, que crea en él y en su mensaje.

Un buen dominio de los medios de comunicación de masas y de los mensajes de las redes sociales se hace imprescindible, como antiguamente lo eran iglesias y parroquias.
HACIA LA IGNORANCIA

Atrás quedó un tiempo en el que los individuos se desplazaban a las bibliotecas para obtener información, aprender o gozar de la lectura, en definitiva “hipertextuar” en miles de páginas escritas en soporte papel.

Como dice Antoni Brey, nos hemos convertido en imperfectos bibliotecarios que navegando en solitario por el ciberespacio exploramos hasta "encontrar" lo que buscamos, en definitiva, saber un poco más. Y es que con tanta información cada vez sabemos menos, hasta el punto de dirigirnos hacia la ignorancia.