PLATON "EL IGNORADO"
Antes de la invención de la escritura existían unos personajes muy
curios, los narradores de cuentos. Con unas facultades, innatas o aprendidas,
tenían el poder de la persuasión. Mediante su discurso dirigían las mentes de
los oyentes a otro mundo, un mundo de ficción que sólo se podía vivir en la
imaginación de quienes escuchaban.
Fue posteriormente cuando el poder ve las ventajas de la imaginación
humana y las posibilidades de aprovecharlo en su favor. Los relatos narrados,
una vez escritos en soporte físico, son accesibles a mayor número de personas,
por lo que en ese afán del gobernante por alcanzar el mundo de los sentidos de
los ciudadanos y alejarlo del de la razón, decide construir una caverna, una
caverna en la que las imágenes que allí se proyectan dan la sensación de
verosimilitud.
La alegoría mediante la que Platón distingue la posición de las
personas frente al conocimiento la tenemos hoy transformada, no en una cueva,
sino en la TV.
Los ciudadanos se sientan frente al televisor como los encadenados
frente a la pared donde se proyectan las sombras. Y para él, ciudadano
inocente, aquellas sombras son la verdad: Obama, Bin Laden, Rajoy, Montoro,
Artur Mas, Botín, Rahola, Ronaldo, etc., personajes de cartón que proyectados
tienen aspecto real.