miércoles, 21 de mayo de 2014

ALGO VA MAL

Actualmente se supone que debemos creer que la política refleja nuestras opiniones y nos ayuda a configurar un espacio público común.  Los políticos hablan y nosotros respondemos, con nuestros votos. Pero la verdad es muy distinta.

Al ciudadano se le dice QUÉ pensar y CÓMO pensarlo. Para conseguirlo, dentro de la clase política (y de los medios de comunicación) existen unos personajes muy curiosos, los demagogos. Después de lanzar sus mensajes reciben el ECO de sus palabras de las gargantas de los ciudadanos. A partir de ahí los políticos se atreven a expresar que sólo están obedeciendo el sentir popular.

Los términos de referencia de la opinión popular han sido, previamente, cuidadosamente predeterminados. Supuestamente se trata de fomentar la opinión del público cuando en realidad, se está SUPRIMIENDO.

Se adormece su capacidad de reflexionar y se sustituye por UN EFECTO “LORO”. (El loro es un ave tropical que a fuerza de escuchar cada día lo mismo, aprende y repite palabras). En las democracias modernas, con el disfraz del clamor del pueblo se puede engañar a la mayoría de la gente, la mayor parte del tiempo.
Fuente: Tony Judt. Algo va mal. Prisa Ediciones. 2011

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